"La oración hacia la Kaaba se hacía ya en tiempos de Mahoma en su propia casa de Medina, primer oratorio de la nueva religión más concretamente bajo el cobertizo que había hecho construir a lo largo de uno de los muros del patio simple techo de ramaje y tierra, sostenido por troncos de palmeras. Esta construcción rudimentaria estaba, sin duda, desprovista de todo carácter arquitectónico. Y no obstante fijaba ya el esquema de la futura mezquita con sus partes esenciales: el patio muy amplio y la sala hipóstila que lo bordea y prolonga por la parte de la qibla, sala muy ancha y poco profunda cuya proporción lógicamente está determinada por la ordenación de la oración colectiva.
Éste programa admite variaciones pero casi constantemente se afirman los mismos elementos esenciales: una sala amplia en el sentido lateral y abriéndose a lo ancho a un vasto patio. Por lo demás no hay una diferencia muy clara entre patio y sala. Se ora tanto en una como en otro; no hay ningún lugar reservado ni inaccesible. El único órgano que sobresale de dicho templo sin altar ni santuario es un nicho vacío el mihrab, que se horada en la pared del fondo de la sala y precisa la qibla. Por modesto que sea este motivo de arquitectura se convierte en el punto central en torno al cual se organiza toda una decoración, el núcleo de donde irradia la belleza. El mobiliario de la mezquita es también muy sencillo, siendo el elemento principal el mimbar, púlpito para orar, que sólo existe en las grandes mezquitas donde se celebra la oración solemne del viernes.(...) La maqsura, la verja que en ciertas mezquitas de ciudades capitales delimitaba el recinto donde el príncipe asistía a la oración pública, se sitúa frente al mihrab. (...)
A los accesorios hay que añadir los dos anexos característicos de estas casas de oración: el minarete, torre desde lo alto de la cual el muecín lanza su llamada cinco veces al día, y la midha, letrinas y sala de abluciones, donde los fieles pueden purificarse antes de entrar en la mezquita."
Éste programa admite variaciones pero casi constantemente se afirman los mismos elementos esenciales: una sala amplia en el sentido lateral y abriéndose a lo ancho a un vasto patio. Por lo demás no hay una diferencia muy clara entre patio y sala. Se ora tanto en una como en otro; no hay ningún lugar reservado ni inaccesible. El único órgano que sobresale de dicho templo sin altar ni santuario es un nicho vacío el mihrab, que se horada en la pared del fondo de la sala y precisa la qibla. Por modesto que sea este motivo de arquitectura se convierte en el punto central en torno al cual se organiza toda una decoración, el núcleo de donde irradia la belleza. El mobiliario de la mezquita es también muy sencillo, siendo el elemento principal el mimbar, púlpito para orar, que sólo existe en las grandes mezquitas donde se celebra la oración solemne del viernes.(...) La maqsura, la verja que en ciertas mezquitas de ciudades capitales delimitaba el recinto donde el príncipe asistía a la oración pública, se sitúa frente al mihrab. (...)
A los accesorios hay que añadir los dos anexos característicos de estas casas de oración: el minarete, torre desde lo alto de la cual el muecín lanza su llamada cinco veces al día, y la midha, letrinas y sala de abluciones, donde los fieles pueden purificarse antes de entrar en la mezquita."
Marçais, G.- El Arte musulmán. Cátedra. Cuadernos nº 16. Madrid 1983. págs.15 - 16.
PRÁCTICA: El texto ilustra perfectamente los distintos espacios de las mezquitas. Situalos en el siguiente plano de la Mezquita de Córdoba. (Imagen procedente de Kalipedia)
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